“Quien piensa que cuesta caro un profesional no sabe lo caro que cuesta un incompetente”.
Es cierto, hay vuelos low cost y los aviones no se caen. Hay viajes para fines de semana low cost y no se hunden los hoteles. Hay ropa low cost y no se rompe. Todo es barato menos tu seguridad, que nos merece mucho respeto.
Hay aseguradoras low cost con pólizas que cuestan la mitad que las tradicionales. ¿Sabes cómo lo hacen? Recortando garantías. Suelen contratarse por Internet, sin oficinas ni personas de carne y hueso que valoren tus circunstancias personales ni tus necesidades. Tú autogestionas todo.
¿Cuál es el truco? Cuando sufres un siniestro, buscas a una persona profesional que sepa cómo actuar, a quién recurrir, qué pedir y cómo solicitar. Quieres llamar a un teléfono y que te resuelvan absolutamente todo, quedar pendiente de recibir una llamada con la solución.
No se trata de contratar solo un seguro de forma “tradicional”, las nuevas tecnologías también llegan a las corredurías de seguros. Se trata de tener de frente a una persona profesional, alguien que te conoce, que valora todos los aspectos necesarios, no solo la prima, sino garantías, coberturas, límites, capitales, excepciones… todos los puntos que ni siquiera sabemos que existen.
“¡Los seguros low cost son una mierda!”
Así lo cree Salvador Guerrero de Carrocerías Vantage de Calahorra. Afirma que estas aseguradoras “nos obligan a usar piezas usadas o de baja calidad” y “se ríen de sus clientes que no tienen ni idea de los materiales ni de la manera en que están reparando sus coches”.
De hecho, las compañías low cost son las más denunciadas por sus clientes. Tú eliges, elige bien.